Opinión

Brownies de marihuana en la Secundaria 22

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San Luis Río Colorado, Sonora.- Hace unos días, una madre de familia algo escandalizada, que tiene a su hijo en la Secundaria Miguel Hidalgo, más conocida a secas como «La 22»,  a tono de reclamo me abordó y me dijo: «¿por qué nadie ha dicho nada sobre lo sucedido en la Secundaria 22?»

Sinceramente no sabía a qué se refería, a lo que le respondí: «Pues no sé que ha pasado ahí, pero si me cuenta y me permite averiguar quizás podamos publicar algo»

Hizo un gesto de incredulidad con sus ojos, como diciéndome: «No te creo que no sepas«. Al final accedió a contarme, pues a su entender se trataba de un tema serio que debía ventilarse.

Según la madre de familia, recientemente en la Secundaria que aloja a la célebre banda de música, fue suspendido un alumno del turno matutino, una mujercita para ser más exacto.

El motivo, sería ni más ni menos que por vender «Brownies» de marihuana, estos pastelitos o panecitos horneados a base de dicho enervante, muy comunes en las facultades de ciertas carreras universitarias.

El asunto tomó relevancia debido a que la estudiante, decidió llevar su travesura a un nivel mayor, pues al parecer, a un módico costo de 50 pesos, se atrevió a venderlos entre sus compañeritos.

Según la historia, tampoco los anduvo vendiendo u ofreciendo como si fueran chicles, pues la atrevida muchachita, sólo los vendía previo encargo, y como buena negociadora, con pago por adelantado.

Como era natural, el tema más temprano que tarde llegó a los directivos de la escuela y expulsaron de forma inmediata a la jovencita.

Quiero ser muy responsable al decir que acudimos personalmente a la escuela para corroborar el dato, no con intenciones de exhibir a nadie, no va al caso, pero sí al menos para saber si la historia era tan compleja como se nos había contado.

Como era de esperarse no se obtuvo respuesta de la institución, hablamos con un maestro, con un prefecto, y dejamos nuestro teléfono en la oficina de la directora, pero nadie se comunicó, ni para corroborar ni para desmentir.

Lo cual entendemos en cierto modo, las escuelas se han asumido erróneamente la responsabilidad de los errores de sus alumnos, en parte porque la misma ciudadanía les carga cierta culpa, cuando los mayores responsables seguimos siendo los padres de familia.

Como ya dijimos el objetivo no es exhibir a nadie, no nos interesaba saber nombres o datos exactos, sólo la historia como tal, ya que eso nos dice mucho de dónde está parada la juventud en la actualidad.

Indudablemente todos hicimos travesuras en la secundaria, algunos más que otros, creo incluso que la mayoría en algún momento nos pasamos de la raya, es parte de adolescencia, dirían los psicólogos.


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Sin embargo, este caso en mi opinión, llama mucho la atención por el contexto nacional, estatal y local que estamos viviendo.

A diario vemos noticias de asesinatos relacionados al narcotráfico y al crimen organizado, en todo México. Hace no mucho supimos, totalmente horrorizados, como un grupo delictivo asesinó a sangre fría a mujeres y niños, y no ocurrió en Tamaulipas o en Michoacán, fue en Sonora.

Hace menos de una semana supimos también como en nuestro querido San Luis Río Colorado, 2 policías fueron acribillados en un restaurant de comida china, y desde afuera del establecimiento, es decir, el rufián ni siquiera entró al local, valiéndole la posibilidad de llevarse a inocentes de por medio.

Todo esto es parte de la descomposición social que vive México, donde el narcotráfico ha hecho y deshecho, cooptando autoridades y gobiernos, y lo más triste, cooptando juventudes.

Lo digo porque maestros de secundaria me cuentan con cierta decepción, como tienen alumnos que dicen abiertamente querer ser sicarios o vendedores de droga, así tal ni cual.

Los seduce la falsa idea del dinero fácil y rápido, nada más equivocado.

Pero en fin, para no alargarme mucho y no aburrir a nadie con moralismos, quiero expresar que nunca debemos dejar de estar al pendiente de nuestra juventud.

Y no me refiero nada más a los hijos, sino también a los sobrinos, a los nietos, a los ahijados, etcétera, porque los tiempos actuales así lo exigen.

Esperemos que el caso en cuestión quede en una simple travesura, porque de la jovencita de algún lado tuvo que sacar la marihuana, y alguna cocina tuvo que tener disponible para hacerlo, y ahí es donde aparece la negligencia de los adultos.

Aprendamos de los errores de otros, no viviremos lo suficiente para cometerlos todos.

Héctor Navia es un reportero con experiencia en medios escritos y digitales, trabajando también para Meganoticias. Actualmente escribe en “San Luis News” de Arizona, en “SDPNoticias” y dirige el portal “El 5to Poder”.

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