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Baja California.- Continúa lloviendo sobre mojado en los terrenos del Instituto Estatal Electoral de Baja California (IEEBC), una institución que cabe recalcar es la responsable de organizar los procesos electorales locales con absoluta equidad y total transparencia.
Sin embargo, este instituto sigue bajo el escrutinio público, recordando que se supone debe tener un carácter 100% ciudadano y autónomo.
Pese a ello, ahora la sombra de la opacidad apunta a sus cuentas financieras. Recursos que son públicos, es decir, provienen de los impuestos de todos los bajacalifornianos.
Sobre decir que al ser dinero público, y al llevar un objetivo organizacional totalmente neutral, lo último que debería faltar es la transparencia.
En pocas palabras los bajacalifornianos deberían tener la absoluta certeza de que todo el recurso que recibe el IEE BC se aplica con honestidad y transparecia, siempre velando por elecciones limpias, imparciales e íntegras.
Sin embargo, como en otros aspectos, la realidad no parece coincidir. Dicen que los números son fríos, y según la información financiera del IEE BC, en el año 2022 recibieron la importante cantidad de 855 millones 636 mil 604 pesos.
La cifra aumento respecto al año 2023, alcanzando un presupuesto de 939 millones 992 mil 182 pesos con 44 centavos. Como podemos constatar, es bastante dinero, que la sociedad bajacaliforniana merece conocer su destino y operación.
¿Cómo se están utilizando esos cientos de millones de pesos?, ¿En qué rubros se invierte o se destina ese dinero?, ¿A quiénes se les paga o cuánto reciben?, ¿Quiénes son sus proveedores? Son cuestionamientos comunes y obvios, que a nadie deberían de extrañar, mucho menos molestar.
Incluso muchos consideramos que en estos escenarios no deberían ni siquiera esperarse a la pregunta, es decir, esos datos deberían ser públicos y al alcance de cualquier ciudadano con inquietudes de saber.
Por tal motivo es de señalar que hasta el momento, el IEE BC no ha publicado datos sobre su ejercicio financiero correspondiente al 2024. Nada en absoluto. Basta con darse una vuelta por la plataforma de transparencia, donde pueden observar que al realizar una búsqueda aparecen «cero» resultados.
Es un sin sentido, totalmente contradictorio con su misión pública. Más viniendo de una institución que se supone debe ser ejemplo en la materia.
No es de extrañarse que la ciudadania y los propios actores políticos estén solicitando respuestas claras. No bastan respuestas parciales o posiciones asumidas. La transparencia debe prevalecer en todo momento.
Ahora bien, no olvidemos las denuncias gravísimas a consejeros y funcionarios del instituto. No son buenas señales, pues se hace crecer la sombra de la sospecha.
Una transparencia a medias u opaca lastima la confianza de los ciudadanos. El silencio en las instituciones democráticas simplemente no es opción, ni en tiempos de campañas ni nunca.
Por último y en conclusión, el IEE BC debe recordar su mandato original de servir y ser ejemplo de rectitud. La opacidad no tiene cabida en los entes públicos, menos cuando se trata de garantizar elecciones justas y transparentes. Deben tener apertura y sobretodo mostrar compromiso con la verdad.
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