Opinión

La comparación odiosa.- Voluntad y Derecho

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San Luis Río Colorado, Sonora.- La imprenta de Gutenberg sin duda fue la más conocida aunque no fue la primera. “El Sutra del diamante” es el impreso más antiguo conocido y fue encontrado en China en el año 868.

Cuando se empezó a dar el paso de los libros escritos a mano a la imprenta, obviamente hubo mucha gente que dijo que no era aquello igual, que la caligrafía nunca podría ser superada y que era mejor leer un libro de la propia letra del autor que impreso por una máquina.

Tal vez en parte sea cierto, pero también que hubo un avance tremendo en cuanto a la difusión de ideas y conocimientos impulsados por la imprenta y la correspondiente impresión “masiva” de libros, periódicos, carteles y propaganda.

Esta semana se reactivó la escuela y muchos niños, adolescentes, jóvenes y adultos hemos tenido la oportunidad de tomar o impartir clases en línea.

Igual muchas personas se quejan demasiado, dicen que no es lo mismo, que nunca será igual, etcétera.

Lo cierto es que entre las modalidades presencial y “en línea”, no hay competencia alguna, la diferencia, el impedimento lo vemos nosotros, sobre todo los adultos.

Los niños son los que más fácil se adaptan porque no tienen referencia anterior, algunos no tuvieron su primer día de escuela (presencial) y por eso no lo extrañan. Sin embargo los que ya traemos prejuicios, siempre encontraremos la comparación odiosa.

Lo que está sucediendo actualmente con la comunicación y con la difusión de las ideas en línea no es una moda, es la tendencia, es la necesidad y el aceptar que las cosas se pueden ser más sencillas, sin tanta complicación, con menos recursos, si se usa la tecnología.

Aun así hay un tema pendiente, vinculado como siempre a la escasez de recursos ¿Qué pasa con las personas que no pueden tener el acceso a las tecnologías? La respuesta es simple y triste, como pasa con la justicia y con la medicina, seguirán en la marginación y en la desigualdad, ahora también por cuestión de la tecnología.

Los que tenemos la oportunidad de acceder a la tecnología, lejos de quejarnos deberíamos de estar contentos de tenerla.

Cuando se implementó el uso de la imprenta, sin saberlo, se cambió la historia de la humanidad, la lectura dejó de ser un placer y vía de educación para los ricos y pudo serlo también para la clase media, lamentablemente quedaron desfasados los pobres.

Es tarea de todos aprovechar esta nueva fase y hacer lo posible para que, en vez de repetir la historia del rezago, podamos hacer llegar esta oportunidad a quienes no la tienen.

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