San Luis Río Colorado, Sonora.- Para el señor José Ávila Vargas, de 60 años de edad y originario de la Ciudad de México (antes Distrito Federal), el municipio de San Luis Río Colorado representó todo en su vida, brindándole la posibilidad de ser feliz.
Y es que, con una infancia complicada, siendo literalmente niño de la calle en la Ciudad de México, José pensaba que estaba destinado a sufrir y padecer.
«De niño fui muy maltratado por mi madrastra, al grado que terminé en la calle, de forma literal, fui niño de la calle en el Distrito Federal. Me la pasaba vendiendo chicles, boleando zapatos, y naturalmente sufría mucho, lloraba mucho por la falta de cariño, por la falta de padres», recordó José.
Pese a ello expone que nunca tuvo malas mañas ni malos sentimientos, asegurando que nunca robó y que al contrario, siempre trabajó para ganarse la comida de todos los días.
«No me gustaba andar sucio como otras personas que viven en la calle. Yo dormía donde me agarraba la noche, y no te cuento cuando llovía, ahí sí se ponía buena la cosa. Pero siempre hacía algo para ganar dinero, hasta cantaba en los camiones, y te puedo decir que nunca me llené de malos sentimientos pese a los maltratos y humillaciones que recibí», compartió.
Siendo un menor casi adolescente, recuerda que unas personas se lo llevaron con engaños para la sierra de Querétaro, donde por primera vez en su vida conoció lo que era el amor.
«Como quien dice me robaron, porque cuando me di cuenta ya estaba en la sierra, me llevaron para trabajar. Pienso que miraron que era de la calle y que nadie me iba a reclamar, pero se los agradezco, porque ahí conocí a mi esposa«, citó.
Pasaron los años y en 1987, ya con 23 años de edad, decide emigrar del centro al norte del país, concretamente a San Luis Río Colorado, Sonora, con la promesa de mejores oportunidades laborales.
«Cuando llegué aquí era Presidente Municipal el señor Bustamante, y no llegué solo, llegamos como 10 personas, porque además de mi esposa, se vino también parte de la familia de ella, y no sabíamos nada de San Luis Río Colorado, ya estando aquí vimos que llegamos al mero infierno», recordó con risas.
Y agrega: «Al final, la familia de mi esposa se regresó, y sólo mi esposa y yo nos quedamos aquí en el calorón. Ella decidió quedarse conmigo, por amor. Mi esposa fue una mujer formidable, que siempre me apoyó y me brindó mucho amor»
Con cierta nostalgia en su mirada, don José reveló que su esposa murió recientemente, sin embargo, asegura estar agradecido con la vida, porque después de tantos años trabajando, principalmente en el ramo de la limpieza, este jueves 4 de julio oficialmente se jubila.
«Estoy contento porque ya es mi último día, me jubilo este 4 de julio, y aunque mi esposa ya no está, sigo agradecido con la vida. Fíjese nada más, de no tener nada, de vivir en la calle y dormir en rincones diferentes cada noche, ahora tengo mi carrito, tengo una casita donde viví con una mujer que me amó, donde tuve 3 hijos que me adoran y me respetan, y ahora tendré hasta mi pensión», celebró.
Ahora sí que como dice la canción, recalcó don José, en San Luis Río Colorado «Encontré lo que buscaba«.
Sin embargo, aunque ya se jubila, y por supuesto quiere disfrutar su retiro, contempla buscarse un último trabajito.
«Mi esposa enfermó y no alcanzó a disfrutar su retiro, y yo sí quiero hacerlo, pero todavía me siento fuerte, por eso quiero aprovechar esta entrevista para buscar otro trabajo. Yo sé limpiar y lavar, lo hice toda mi vida, limpio sillones, alfombras, de todo, quiero mantenerme ocupado, quizás algo de medio tiempo», solicitó.
Por último mencionó que si bien la vida fue dura con él, al final supo sobreponerse y tener paciencia, sin rencores ni odios, siendo recompensado con lo que siempre deseó, un hogar y una familia.
El número de contacto de José Ávila es 653-175-1272.
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