San Luis Río Colorado, Sonora.- El túnel que fue descubierto por autoridades estadounidenses la mañana del martes 14 de agosto en San Luis, Arizona, guarda una historia algo peculiar.
Y es que el principal sospechoso, un empresario relativamente joven de nombre Iván y que ya cuenta con antecedentes de narcotráfico en Arizona, compró recientemente el local que años atrás fue un Kentucky Fried Chicken (KFC).
Según nuestra fuente, el establecimiento habría sido adquirido hace no más de un mes, con el falso objetivo de convertirlo en un restaurante de comida rápida.
La idea, al parecer, es que la fachada fuera la de un restaurante común e incluso contemplaban que funcionara como tal. Algo así como restaurante de día, narco-túnel de noche.
La investigación del caso, según nos filtraron, está contemplando que el túnel obviamente fue construido antes de que el sospechoso comprara el edificio.
Aunque aún no logran determinar si Iván, quien ya fue detenido y se encuentra bajo proceso, compró el local con todo y túnel -lo que implicaría a más responsables- o si acordó la construcción del túnel desde antes, claro, a sabiendas que compraría el establecimiento.
Obviamente el túnel fue comenzado en México, la ubicación del fallido restaurante hacía muy riesgoso y casi imposible que se construyera desde San Luis, Arizona.
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La DEA, la famosa agencia anti-drogas estadounidense, al parecer está contemplando que su riesgosa ubicación era precisamente lo que llamó la atención del narcotráfico. Pues al ser el restaurante un paso natural de la Patrulla Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés), creyeron que nadie pensaría que les construirían un túnel en sus narices.
Para quienes no conocen, la Patrulla Fronteriza o «Border Patrol» pasa a diario y en varias ocasiones durante el día justo por detrás del establecimiento en cuestión. Incluso, es probable que ya operando los mismos agentes fronterizos fueran clientes del restaurante, por lo mismo, que era ruta natural obligada de la CBP.
Las fotos que filtraron a medios, tanto del lado mexicano como del lado estadounidense, dejaron ver que el túnel conectaba directamente a la cocina del local. Un error que terminó costando caro, pues todo indica que la persona que denunció la existencia de un túnel, fue uno de los tantos que estuvieron trabajando en la remodelación del restaurante.
Pero en fin, «Lo que no fue, ya no será«, dice un sabio refrán. Lo que sí tiene muy extrañados a las agencias federales de Estados Unidos, es como la policía del Condado nunca se percató de nada.
Les llama la atención como a nadie le pareció sospechoso que una persona con antecedentes de narcotráfico, que incluso ya estuvo en la cárcel -según nos dicen-, comprara un establecimiento en desuso a escasos metros del cerco fronterizo. Por si tenían dudas, también del otro lado de cuecen habas.
Como dato, ya para finalizar, este sería el primer túnel en la historia de los descubiertos en San Luis Río Colorado que no estaría -hasta el momento- vinculado a la organización del llamado Cártel de Sinaloa.
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