San Luis Río Colorado, Sonora.- En los primeros días de julio se habrá de decidir el futuro político de San Luis Río Colorado, mediante el voto de quienes ejerzan su derecho de elegir al próximo presidente municipal y a sus respectivos regidores.
No me cabe la menor duda que la baraja de candidatos será muy nutrida, pero no representativa de las clases sociales sanluisinas. Los empresarios, patrones, estudiantes y clase media tendrán varias opciones para votar; sin embargo, los de abajo (obreros y campesinos) no tendrán ninguna opción en la boleta electoral.
Lamentablemente, el jornalero que sale a las 4 de la mañana al campo para trabajar en condiciones ambientales nada gratas y, sobre todo, que lo hacen con mucho esfuerzo físico no tendrán la posibilidad de cruzar el nombre en una boleta electoral de quien represente, conozca y exponga su problemática en las sesiones de cabildo. Quedando en el olvido la pobreza y falta de prestaciones de seguridad social en las que viven.
El obrero de la maquila que se desgasta en jornadas de hasta 12 horas diarias, bajo el influjo de sustancias tóxicas que son emanadas de las materias primas que manipulan a puro pulmón, tampoco tendrá representación en el cabildo, simplemente porque no hay la sensibilidad social de algún candidato para incluir en su planilla a quien conozca de esas necesidades.
Por lo tanto, nadie se ocupará de los bajos sueldos y de la falta de oportunidades de crecimiento de la clase obrera. Sin lugar a dudas el próximo gobierno de nuestro municipio llegará al poder con grandes ausencias, pues la voz de los lamentos de los de abajo no se escuchará en ningún lado.
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Bajo ese principio la democracia no se va a fortalecer, debido a que ahora tenemos la creencia que para ganar una elección es necesario rodearse de personas con dinero que puedan aportar estructura y capacidad de movilización el día de las elecciones, dejando de lado la representatividad de todos los sectores.
Si no rectificamos a tiempo y reflexionamos sobre la forma de hacer política, estaremos heredando varios problemas sociales a las futuras generaciones que, incluso, podrían llegar a ocasionar revueltas e irrupciones violentas con el fin de hacerse escuchar.
Es lamentable que los obreros y jornaleros del campo, siendo mayoría, no sean tomados en cuenta en las elecciones. Sólo se recurre a los de abajo para buscar su voto, pero no se les dan los espacios para ser escuchados y menos para atender sus necesidades, mismas que jamás serán atendidas porque son contrarias a los intereses de los patrocinadores de las campañas.
Las democracias consolidadas y que rinden beneficios palpables a los ciudadanos se caracterizan por el respeto de las minorías y por la justa distribución de la riqueza.
Mucho pregonamos querer un cambio y esperamos que este venga desde el interior de la república hacía las provincias, pero necesitamos cambiar nuestro espacio cotidiano de acción que se llama San Luis Río Colorado, porque esa es una tarea que sólo nos corresponde a los sanluisinos y a nadie más.
Y la mejor manera de lograr un cambio es siendo incluyente de las necesidades sociales. Espero estar equivocado, me sería muy grato observar en las listas de las planillas a regidores a personajes con la suficiente capacidad técnica y moral para representar a los de abajo.
Entiendo perfectamente la realidad, veo poco probable que los partidos políticos postulen algún obrero o campesino, ya que tal vez pudieran ser blanco de críticas por su falta de capacidad técnica para operar políticamente, pero sí creo que en la boleta electoral siempre debe de existir
alguien con los intereses genuinos de la izquierda como una opción viable para el pueblo.
En definitiva, no podemos ir al progreso y desarrollo bajo los intereses de unos cuantos, forzosamente requerimos de atender las necesidades de todos los sanluisinos.
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