Por Lorenia Valles Sampedro, Senadora de la República
Hermosillo, Sonora.- Este año se cumplen 215 años del hecho que transformó los destinos de un pueblo que demandaba libertad, justicia social y el fin de la esclavitud, levantándose en armas para luchar por la independencia contra la Corona española. La madrugada del 16 de septiembre de 1810, desde Dolores Hidalgo, Guanajuato, el cura Miguel Hidalgo y Costilla animó a la insurgencia independentista, convirtiéndose más adelante en el Padre de la Patria.
En 1825, ya como una nación independiente, por primera vez, el presidente Guadalupe Victoria celebró oficialmente el “Grito de Independencia”. Tuvieron que pasar 200 años para que la conmemoración fuera liderada por una mujer, la primera presidenta de la República Claudia Sheinbaum Pardo.
Para las mujeres, la conquista de nuestros derechos no ha caminado paralelamente con el curso revolucionario de la historia. Ha sido un proceso más lento y con obstáculos, sin embargo, firme y comandado por mujeres tan entregadas a la Patria como a las causas de las propias mujeres.
Josefa Ortiz, Leona Vicario y Gertrudis Bocanegra se sumaron a la defensa de la libertad y de la nueva Patria durante la Guerra de Independencia, demostrando que las mujeres también luchan y que nuestras causas son revolucionarias. Además de ellas, las heroínas anónimas, cuyos nombres no se inscribieron en los libros de historia, pero su voluntad cambió el curso de la historia.
Con la Cuarta Transformación se reivindicaron los derechos del pueblo y, de forma particular, los derechos de las mujeres, proponiendo construir una República de y para las mujeres. Se reconoció en la Constitución la paridad política, el derecho a la igualdad sustantiva y al acceso a una vida libre de violencia; reformas constitucionales que ya están teniendo efectos positivos en la organización social y la distribución de la riqueza.
Así como la reciente reforma al artículo 18 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno, que, en el izamiento de la Bandera Nacional a toda asta y a media asta en los edificios y lugares públicos, incluirá fechas conmemorativas del natalicio, obra en vida y muerte de diferentes mujeres transformadoras.
Entre otras, se conmemorará el aniversario luctuoso de Margarita Maza; Agustina Ramírez; Josefa Ortiz; Rosario Ibarra; Sor Juana Inés de la Cruz; Elvia Carrillo Puerto; Juana Belén Gutiérrez; María Refugio “Cuca” García; Sara Pérez Romero; Leona Vicario; Carmen Serdán; Laureana Wright; Gertrudis Bocanegra; Rita Cetina Gutiérrez; Dolores Jiménez y Muro; y Elena Arizmendi.
Igualmente, se fortalece la importancia de las efemérides del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo; el Día de las Mujeres Indígenas, 5 de septiembre; el reconocimiento del derecho de las mexicanas de votar y ser votadas a nivel federal, 17 de octubre; y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25 de noviembre.
La llegada de la presidenta Claudia Sheinbaum pone en el centro de la memoria colectiva a nuestras abuelas, a nuestras madres, a nuestras hijas, a nuestras nietas, a nosotras. No menos importante es la sabiduría con que ha protegido la soberanía de nuestro pueblo frente a la coyuntura internacional, y a nuestras hermanas y hermanos migrantes.
Al momento de concluir esta columna, aún no se lleva a cabo el “Grito de Independencia” en el Zócalo de la Ciudad de México, pero estoy segura que las mujeres seremos protagonistas de este llamado de libertad, soberanía y justicia; las indígenas y afromexicanas, las campesinas, las trabajadoras de la maquila, las migrantes, las del norte, las del centro, las del sur, las niñas, las mayores, las que ya no están… todas. Porque este es el tiempo de las mujeres y 2025 es el año de la mujer indígena.
¡Vivan las mujeres!
Posdata. Mi reconocimiento al gobernador Alfonso Durazo con motivo de su 4° Informe de Gobierno, cuyo resultado más importante es haber logrado que cerca de 500 mil sonorenses salieran de la pobreza en solo cuatro años. Un gobernador que prioriza la inversión pública en el bienestar de la gente y está haciendo de Sonora un epicentro del desarrollo industrial sustentable. ¡Enhorabuena!