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San Luis Río Colorado, Sonora.- Las quejas por las largas filas que se hacen al cruzar hacia México, por San Luis, Arizona, siguen siendo recurrentes en los usuarios de San Luis Río Colorado.
Y es que dichas filas, en ocasiones hasta la tienda Wal-Mart, afectan terriblemente el flujo económico fronterizo, tanto de ida como de vuelta.
Lo raro aquí es que todas esas gestiones y reuniones, que empresarios y sectores productivos de cámaras como CANACO, CANACINTRA y COPARMEX, han tenido reiteradamente con el titular el Coronel Juan Rosas, han sido totalmente en vano.
Me consta como inclusive con el Presidente Municipal de por medio, antes Santos González y en última instancia Manuel Arvizu, el Coronel Juan Rosas se comprometía a poner de su parte para agilizar los tiempos de cruce y mantener abiertos los carriles.
Sin embargo, esos compromisos se han quedado en las puras palabras, y peor aún, los tiempos de cruce y las largas filas se han incrementado.
La poca disposición de las autoridades aduanales mexicanas es tal que han llegado al grado de atravesar un pickup oficial en los carriles principales, y en horas de alto flujo vehicular y hasta en fines de semana.
Nos informan que quien aplica esa medida que obstruye por completo es el Capitán Alfredo Figueroa, también militar, quien es el responsable de dar órdenes al personal de campo.
El Capitán Figueroa, no conforme con girar instrucciones para cerrar carriles, prefiere cersiorarse literalmente atravesando su pick-up e impidiendo el paso.
La verdad es que no podemos asegurar que el Coronel Juan Rosas esté al tanto, o si son órdenes suyas o no, lo cierto es que afectan de sobremanera a muchos negocios, a muchas personas y muchas familias, que como ciudadanos fronterizos que son, viven constantemente entre ambos países, ya sea por temas comerciales, sociales o turísticos.
Desde estas líneas hacemos un llamado respetuoso, para que las autoridades aduanales atiendan estas demandas, tanto de empresarios como de la ciudadanía en general, porque a nadie conviene que el cruce vehicular se vuelva un problema permanente.
No conviene ni a usuarios, ni a empresarios, ni a negocios, ni a autoridades ni a nadie. Entonces, ¿Cuál es la necesidad?
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