San Luis Río Colorado, Sonora.- De visita en San Luis, Sonora, Liliana Ugalde, nieta de la famosa curandera Bárbara Guerrero, mejor conocida como «Pachita», externó su preocupación por el momento que vive la medicina ancestral.
Acompañada por el Abuelo José Valdez, chaman y médico tradicional con el que se encuentra colaborando, Liliana externó que en la actualidad se vive un momento crítico, tanto por la falta de insumos como por personas que de forma improvisada ofrecen este tipo de medicina,
«Desgraciadamente se está acabando todo esto, cada vez hay menos árboles, menos campo, cada vez hay menos montes, menos plantas, y es preocupante, porque este conocimiento es milenario», declaró Ugalde Bautista.
Y agregó: «Está acabándose mucha medicina, hay que ir a otros lugares porque ya no la consigues con la facilidad de antes. Incluso en México ya hay medicina que ya no la encuentras, y la tenemos que mandar traer de otros lugares»
Liliana, que trabaja con tes, hiervas, pomadas, brebajes, entre otras cosas, pide a la gente ser muy responsable de hacía dónde van o con quienes se acercan para buscar una sanación.
José Valdez por su parte, con décadas de experiencia en el manejo de medicinas ancestrales como la ayahuasca, los niños santos, el bufo alvarios (sapo), el kambó, rapé, entre otros, pidió a la gente reflexionar sobre lo que realmente representa este conocimiento.
«Esta medicina te expande la consciencia, te abre puertas allá arriba, en el universo o como quieras llamarlo. Porque hay gente que lo hace como cotorreo, y no se ofrece una experiencia, se está sanando a un ser humano, por eso se le llama medicina», enfatizó.
José explicó que el sapo en Sonora, el que segrega la sustancia que se utiliza en los rituales chamánicos, también ha empezado a escasear, por la irresponsabilidad del ser humano.
«Se está acabando el sapo, porque el ecosistema ya no está funcionando con la naturalidad de la pachamama. Yo por ejemplo no secreceo más de lo que necesito. Yo soy de los que busco a los sapos, los selecciono cuidadosamente y los secreceo para mi uso, para mis pacientes, yo no vendo la sustancia, y hay muchos que ni siquiera saben cómo obtenerlo o qué tratamiento usaron. Te puedo decir que fácil el 90% de los que ofrecen sapo nunca han tenido un sapo en sus manos«, externó.
«Esto no es juego, esto es serio, es un mundo de secretos de conocimiento milenario, que tienes qué conocer antes de ofrecer medicina o incluso antes de tomar medicina. No es fácil, es un camino muy largo, hay que prepararse. Hay personas que empiezan a dar medicina y les va bien los primeros meses, pero se topan con un caso fuerte o les pasa algún accidente con un paciente y no saben qué hacer, no tienen ni la más remota idea de cómo actuar, porque con esas emociones tan fuertes puede haber muchas reacciones, y hay qué estar preparados para saber qué hacer», enfatizó el Abuelo José.
De igual forma Liliana pidió a los intesados asegurarse de hacer medicina ancestral con gente seria, preparada y profesional.
«Desgraciadamente hay muchos que dan ayahuasca, que dan sapo, que te dicen que curan, que te dicen muchas cosas, pero no están preparados. No se pongan en manos de cualquiera. Porque por culpa de ese cualquiera, nos generalizan a todos. Yo en este caso, por tener el peso de mi abuela Pachita, y porque leyeron los libros equivocados, vienen y me exigen cosas que leyeron en los libros, y que no puedo porque no fueron así. Aparte, ella era Pachita, yo soy Liliana», recalcó.
-Su eterna lucha con el escepticismo y la modernidad
La lucha entre la modernidad y la medicina ascentral está latente y es diaria, a menudo a través de las críticas y descalificaciones de la misma sociedad.
Liliana y José exponen que es algo a lo que ya están acostumbrados, sin embargo no prestan oídos ni dudan de sus habilidades.
«Nos señalan de todo, de brujos, de hechiceros, de satánicos, de todo, pero esa es la opinión de algunas personas, sólo eso. Tenemos una convicción mucho más grande, y estamos aquí por algo. Hay mucha gente que nos necesita. Y nosotros no descubrimos el hilo negro ni nada de eso, somos parte de todo. Yo agradezco y creo que José también, porque le damos gracias a Dios por estos dones que nos dio, porque podemos ayudar a la gente, y no hay nada más bonito que eso», compartió Ugalde.
El Abuelo José por su parte comentó que desde la ciencia la anatomía humana es maravillosa, pero afirma que la energía psíquica y la energía mística tienen que ver mucho en la salud de las personas, por eso el tratamiento de un paciente y su proceso de sanación, nunca es igual a otro en el campo de la medicina ascentral.
«Nosotros fuimos creados por una fuente divina, y llegamos a este plano terrenal con un factor de divinidad. Pero es algo que vamos olvidando conforme crecemos, nos vamos contaminando con la sociedad, con las distracciones, con lo superficial, con el ego«, indicó el experimentado chaman.
La gente, insistió José, debe primero entrar en un factor de aceptación dentro de la creación y dentro de su misma enfermedad, para no vivir inconformes. Por ello, desde el momento en que se genera la aceptación en el paciente, asegura que en un alto porcentaje inicia un auténtico proceso de sanación, tanto física como espiritual.
Explican que hay personas que llegan a verlos ya con muchas enfermedades manifestadas en su cuerpo, consecuencia de las malas energías que vienen acumulando en su vida diaria.
«Traen una energía muy baja, porque no les gusta nada de su vida, porque se la viven señalando o criticando. Hay gente que enferma por daños que se hacen a sí mismos, porque vienen cargando tantos odios, tantos corajes, que se dañan. Todo este plano, está lleno de energías, buenas y malas», citó Liliana.
«Otro factor común que enferma a la gente son los problemas de otros, e familiares, de sus hijos, de sus amigos, deben soltar todo eso. De verdad que no te imaginas todo lo que limpiamos, todo lo que sanamos, que a veces nos queda también a nosotros, aunque en nuestro caso sabemos depurarnos, sabemos limpiarnos. No nos llegan los males, porque hay gente del otro bando que también nos quiere hacer daño, pero no nos pasa nada. Por eso siempre digo que si estamos con el padre, con Dios, no hay nada que nos puedan hacer«, destacó Liliana.
-La leyenda y el legado de su abuela: Pachita
Referente su abuela, la famosa Pachita, Liliana adelantó que está trabajando en un libro donde buscar develar quién fue verdaderamente Bárbara Guerrero, así como realmente qué es lo que hacía y cómo es que trabajaba.
«Mucha gente no la conoce o se queda con la que leyó sobre ella. Mi abuela fue una persona que nació con el don, mi abuela desde pequeña curaba, usando mucho la meditación. A través de la meditación puedes hacer muchas cosas, y cualquier persona puede hacerlo, pero no tenemos la cultura de la meditación. Yo le digo a la gente que ellos mismos pueden sanarse, pero desconocen el poder que tienen. La palabra es tan poderosa como no tienes una idea. Si crees… creas», compartió.
«Se tienen que aclarar muchas cosas sobre mi abuela, porque hay mucha gente que cree lo que escribió ese científico (Jacobo Grinberg) y por eso a nosotros hay personas que nos llaman charlatanes, o nos dicen que no servimos porque no podemos hacer lo que hacía Pachita, y mi abuela no hacía eso que él puso de que aparecía órganos. Hay personas que vienen y me piden hacer lo que hacía mi abuela, y les aclaro que no era así, y algunos hasta reclaman, y les respondo que no es mí responsabilidad, que no fuimos nosotros los que escribimos eso», dijo.
A la gente pidió tener mucho cuidado con lo que leen o lo que miran en internet, que siempre se cuestionen, que si realmente les interesa vayan a la fuente, que busquen siempre la verdad y el origen.
«Por ejemplo, viven los hijos de Pachita, estamos también sus nietos, y no vienen a preguntarnos. Se quedan con lo que leyeron de ese señor. Cómo puede saber más un científico que la propia familia. Pachita tenía una historia de mucho tiempo, mucho antes que este señor, y él nomás mostró un pedacito de su historia. Pero si él hubiera vivido todo lo que Pachita hizo, supiera realmente quien fue mi abuela», fustigó.
Hizo hincapié en que su abuela curaba a través del hermanito Cuauhtémoc, quién la poseía para poder sanar a la gente, mismo que ahora entra en ella.
«Para mí Dios y el amor es lo más importante. Él es el creador de todo. Es él quien le dio este don a mi abuela, y es él quien le permite regresar al hermanito, para que continúe con su labor», compartió.
«Otra cosa que no dijo este señor (Grinberg) es que mucha gente venía a bien morir con mi abuela, porque a todos nos llega el momento. Una de las facultades más maravillosas que tenemos al sanar es hacerle entender a la gente su enfermedad, incluso la muerte. Desde el momento en que lo aceptan inician con su sanación», citó.
Por último precisó que espera poder lanzar el libro el próximo año, el cual aseguró ya lleva adelantado, mismo que estará dedicado en su totalidad a la figura de su abuela y en cómo era que ayudaba y sanaba a la gente.
«Yo con mucho orgullo digo que fue mi abuela, aprendí mucho de ella, vi mucho también aunque tenía 9 años cuando ella se fue, pero tengo una memoria y un papá que me enseñó muchísimo. Y tengo un ser (Cuauhtémoc) que se le metía a ella y que ahora entra en mí, que me guía y me ha enseñado muchas cosas que puedo decir con certeza y seguridad que las cosas pasaron así, porque él habla por medio de mío», finalizó.
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