San Luis Río Colorado, Sonora.- Para variarle un poco al tema de la política (que atiborrará los diferentes espacios informativos en los próximos meses) quiero hablar de lo que identifico como el negocio de las bolsas, principalmente en supermercados y tiendas de conveniencia.
Aclaro que entiendo perfectamente la medida de no dar más bolsas plástico, aclaro también que estoy a favor de todo aquello que fomente el cuidado al medio ambiente, que además de necesarias empiezan a ser urgentes en este mundo cada vez más contaminado y con más gente.
Sin embargo, no puedo evitar sentir que la negativa de dar bolsas es un hecho estéril y hasta sin sentido, y últimamente hasta lo veo más como un negocio, ya que las empresas están encontrando un nuevo nicho de mercado.
¿Por qué lo digo? porque a la vez de empezar a negar las bolsas de plástico deshechables nos empezaron a vender las bolsas reutilizables.
Seguramente usted al igual que yo a estas alturas ya tiene una extensa colección de bolsas, de todos colores, tamaños y materiales.
Y es hasta cierto punto lógico, pues veo normal que después de toda la vida acudiendo al súper sin tus propias bolsas, ahora nos cueste trabajo acostumbrarnos. Además que pienso que muchos llegamos a comprar algo sin tenerlo previsto, y ahí es donde tenemos que volver a comprar bolsas.
Hasta ahí todo bien. No me parece mal que los negocios te vendan las bolsas reutilizables, al final nos sacan de un apuro y es una buena manera de «machacarnos» la nueva costumbre (pegándonos en el bolsillo).
Lo que me parece mal, es que algunos establecimientos empezaron a verlo como negocio. No pasa nada si te ves en la necesidad de comprar una bolsa de 10 pesos, total, una más una menos. Pero… ¿qué tal si la bolsa cuesta 40 pesos o más?
Me pasó en Soriana. Para variar olvidé llevar mi propia bolsa y por la cantidad de mandado me vi en la necesidad de comprar una. Quiero agregar que como no pensaba comprar muchas cosas no agarré carrito.
Al solicitar bolsa me dijeron que no tenían de las de 10 pesos, que sólo tenían de 40 y 50 pesos. Por cierto las de 50 eran de material de yute.
Lo cual me sacó de balance, porque está bien que te vendan las bolsas de 10 pesos, ¿pero de 40-50 pesos? eso ya es negocio. Ponganse a pensar, sin tomar en cuenta a otras tiendas en los millones de pesos, ¡mi-llo-nes! que Soriana está ganando sólo vendiendo estas bolsas.
Antes regalaban las bolsas y ahora las venden, de paso contribuyen o «ayudan» al medio ambiente, y encima ganan un dineral. Negocio redondo, y dudo que solo sea el caso de Soriana.
Otro punto que me parece importante mencionar es que considero la iniciativa absolutamente insuficiente. ¿Por qué? porque fácil arriba del 90% de los productos que compramos en las tiendas tienen o vienen con plástico.
Las papitas, los refrescos, los productos de limpieza, de higiene personal, los dulces, las carnes, los embutidos y un larguísimo etcétera, vienen con plástico.
Es lo mismo que con los popotes, qué impacto podría tener el dejar de vender popotes cuando quedan un sinfín de productos en plástico que contaminan igual o peor que los popotes.
Habrá quien diga, «Bueno, pues algo es algo» y tienen algo de razón, todos los esfuerzos en materia ambiental se agradecen y son bienvenidos, pero bien me parecería válido hacer un análisis de lo que realmente implican estas medidas.
Siendo sinceros veo muy complicado que el plástico deje de existir en las diversas industrias, es prácticamente insustituible, por algo casi todo se vende con plástico.
Me parece sería más adecuado trabajar en fomentar el no tirar basura, en mantener limpios los espacios públicos y privados, que las ciudades y gobiernos trabajen de lleno el tema del reciclaje, etc.
Hace tiempo miré un comercial de la Coca-Cola donde anunciaban que su objetivo a futuro es reciclar el 100% de sus botellas de plástico, como haciendo consciencia de que como la empresa más grande del mundo, tienen que hacer su parte también. Además que seguramente debe ser de la compañía -de todo el mundo- que más plástico pone en las calles.
Es ahí donde se deben enfocar todas las baterías, en el reciclaje. Imagine un mundo ideal en el que todas las ciudades del país tuvieran sus propias plantas recicladoras públicas, que sirvieran de escala previa a los rellenos sanitarios, fungiendo como un ente más de gobierno, que aparte de ayudar al medio ambiente generará ingresos propios para sus mismas ciudades.
El punto es que debemos todos, sociedad y gobierno (como dicen los políticos) poner de nuestra parte para que los esfuerzos en materia ambiental realmente rindan frutos, que realmente nos estén llevando hacia un mundo menos contaminado y no solamente signifiquen un negocio más, como pasa en Soriana y en algunas otras grandes empresas.
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