San Luis Río Colorado, Sonora.- El doble asesinato de policías del pasado miércoles caló hondo, muy muy hondo, en la opinión pública, en el Ayuntamiento y por supuesto en la corporación.
Siempre que un policía es asesinado, lo reciente toda la comandancia, pero en este caso, quizás por tratarse de 2 elementos, ambos con 21 años de servicio y parte de la primera generación del CECAP, la indignación que percibo es mucho mayor.
El crimen organizado sigue desafiando a instituciones y gobiernos con grosera impunidad, pero en este caso, me aventuro a comentar que la investigación va por buen camino, lo que podría desembocar en el primer asesinato de policías que sea oficialmente resuelto.
En hechos al parecer relacionados, previo al citado crimen, a las 21:42 horas del pasado lunes, balearon también a quemarropa a elementos de la policía estatal luego de detener a un Cadillac.
Un segundo vehículo, según el reporte una camioneta Silverado, como en señal de apoyó llegó y les disparó, huyendo junto con los del Cadillac. No hubo muertos pero uno de los oficiales salvó la vida gracias al chaleco anti-balas.
El incidente, originado exactamente en Escalonias B entre las calles 47 y 48, provocó en consecuencia operativos y cateos casi inmediatos, reventaron diversos domicilios pero no hubo detenidos.
Dos días después, ya con un operativo proveniente de Hermosillo recorriendo las calles de San Luis, los criminales se atrevieron a asesinar arteramente a 2 policías municipales.
Según la investigación fue un solo gatillero quien se acercó, y desde afuera, es decir, sin siquiera entrar al local de comida china -aunque cerca de la puerta- descargó su arma R-15 contra los elementos.
Al pistolero no le importó si se atravesaba un comensal o un mesero, o simplemente alguien totalmente ajeno. De milagro sólo un cliente resultó herido, aunque no de gravedad.
El asesino curiosamente se dio a la fuga en un taxi, según consta en los videos.
De los chinos dueños del restaurante ni qué decir. Nos cuentan que entregada la escena por la Fiscalía General de Sonora, no se animaban a limpiar los charcos de sangre, mucho menos a emitir testimonios.
Entre los negocios aledaños también corrió el terror al escuchar los disparos. Una empleada de mostrador de un negocio de publicidad, atinó a cerrar la puerta, y junto con su compañera y una clienta, se encerraron en el baño.
Ante la afrenta llegaron más refuerzos de Hermosillo, tanto de la Policía Estatal como peritos investigadores de la Fiscalía. Están muy cerca de dar con el asesino, de quien nos dicen es un total psicópata, un despiadado que cuenta con diversos muertos en su haber, tan peligroso que seguramente preferirá morir antes que entregarse.
El mismo alcalde Santos González, en el acto del último pase de lista de los oficiales caídos, dejó ver de forma muy sutil, que la investigación va muy bien.
Ojalá se concrete y el asesino y sus cómplices (al parecer si tiene) sean detenidos, y por fin, se mande un mensaje claro de que la impunidad va cediendo terreno, que no es el común denominador en los asesinatos del crimen organizado.
Descansen en paz los oficiales Ricardo Castro y Raúl Ramos, pronta resignación a sus familias y mi más sentido pésame, sé que nada les devolverá a sus seres queridos, pero ellos podrían ser un parteaguas, pueden ser los primeros policías sanluisinos que no fueron asesinados impunemente, y eso quizás, sólo quizás, les brinde un poco de paz y tranquilidad.
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