San Luis Río Colorado, Sonora.- La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) a través de la Unidad Especializada en Delitos Sexuales del Ministerio Público de San Luis, recibió una denuncia el pasado mes de noviembre, abriendo una carpeta de investigación que se encuentra activa bajo el expediente CI/SLRC/333/91/00617/11-2018.
Dicha querella fue interpuesta por una mujer de nombre Adilene, madre de 3 niñas menores de 13, 10 y 8 años, quien ofreció a las autoridades un testimonio tan intenso como revelador, tan fuerte que podría ser el caso de violación y abuso sexual más grave de San Luis en los últimos 10 años, o al menos de los que hayan hecho públicos.
El 5to Poder recibió directamente la denuncia de la madre, quien expuso con lujo de detalle todo lo vivido con su ex pareja sentimental, a su vez padrastro de las menores.
Posteriormente, por política editorial se acudió al Ministerio Público de la localidad y se estableció contacto telefónico con la Fiscalía General del Estado en Hermosillo, a fin de corroborar los datos obtenidos por la denunciante y darle respaldo a este trabajo periodístico.
Consta que efectivamente existe denuncia y existe el caso, así como una orden de aprehensión, que de acuerdo con el testimonio de la madre, fue girada el pasado 3 de enero en contra del presunto abusador. Hay registro de ello también en la Sub Procuraduría de la Defensa del Menor del DIF Municipal, donde la madre recibió asesoría.
Cabe recalcar que la Fiscalía, a través de su departamento de Comunicación Social, confirmó a El 5to Poder el caso y la denuncia, pero cuando se preguntó si había una orden de aprehensión, respondieron textualmente: «Para efectos de no entorpecer dicha investigación, no es posible emitir mayor información del caso»
Debido al nuevo Sistema de Justicia Penal, y respetando el principio de presunción de inocencia del señalado, no es posible mostrar rostro y nombre completo, únicamente se puede identificar al implicado como Rodrigo «C» de 43 años de edad.
En cuanto al testimonio, Adilene expone que teme por su seguridad dado que Rodrigo no ha sido aún detenido, ejerciendo lo que se conoce como «guerra psicológica», enviándole mensajes y audios intimidatorios, además de un supuesto intento de quemar su casa, reporte que en efecto existe en la policía municipal.
«El día primero de enero intentaron quemar mi casa, y esta persona (Rodrigo) me dijo que había fallado una vez, pero que no fallaría 2 veces, porque salí y al volver encontré el portón abierto y un galón con gasolina. Y me manda audios y mensajes horribles, me dice que donde me vea me va a agarrar y me va a matar, así sea lo último que haga en la vida, que sí las cosas van a tronar que truenen bien», detalla Adilene.
«Se lo cuento educadamente, pero él me lo dice de las maneras más groseras y agresivas que se pueda imaginar, y tengo todo, he guardado todo, audios, mensajes, capturas de pantalla, tengo todo, lo cual ya entregué a la policía y al Ministerio Público, todo eso es parte de la carpeta de investigación», agrega la denunciante.
Comenta que vivieron juntos 1 año 5 meses exactamente, siendo su amigo antes de iniciar una relación sentimental.
«Yo lo conocí porque era amigo de mi ex pareja, el padre de mis hijos, y cuando me separé lo seguí frecuentando. Y pues la relación se dio, y si teníamos discusiones y cosas normales de pareja, pero nunca me dio algún indicio de ser un violador, y menos porque tiene 2 hijas de su anterior relación, imposible imaginar que fuera un pedófilo», explica Adilene con indignación.
Recuerda que al principio de su relación todo era normal, hasta que al tiempo Rodrigo dejó de acompañarla a sus mandados, por ejemplo cuando iba a recoger a su hija mayor a la escuela, argumentando que estaba cansado por el trabajo. Momento que al parecer aprovechaba para abusar de la menor de 8 años.
La situación se destapó el pasado 11 de noviembre cuando el sujeto, en un descuido dejó su celular a la deriva, quedando descubierto que grababa situaciones sexuales explícitas.
«Ese día no había internet, era domingo, y una de mis hijas tomó su celular para jugar, encontrándole sin querer un video. Yo la notaba muy rara, muy seria, y le pregunté qué tenía pero no me quería decir, al final la convencí de salir al patio y fue cuanto me contó que había visto un video donde salía su hermanita y alguien le metía un pene en la boca, no imagina lo que sentí en ese momento«, dijo.
«Me calmé, no lo quise encarar en ese mismo rato, me esperé a que se durmiera (madrugaba para irse a trabajar) para poder hablar con la niña, ya estando a solas le pregunté si su padrastro la obligaba a hacer cosas malas con su ‘pajarito’, y se soltó llorando, me dijo que no me había dicho nada porque le tenía miedo. Él le decía que sí decía algo la iba a matar y a su mamá también. No ocupé escuchar más, en ese mismo momento, eran ya como las 11 de la noche, llamé a la policía y llamé a mis familiares«, precisó Adilene.
Comenta que al llegar la policía, Rodrigo ya había borrado todo registro de su teléfono, y que no podían arrestarlo por falta de pruebas, pero que el oficial le explicó que para darle tiempo de presentar la denuncia al día siguiente y llevar evidencias, se lo llevaría arrestado por una falta administrativa (presentaba golpes porque la madre se le había ido encima).
«En ese momento el Ministerio Público estaba cerrado, era domingo, fui el lunes tempranito, a las 8 de la mañana a presentar todo mi testimonio. Yo pensaba que sólo era mi hija de 8 años, y ya que la Psicóloga habló las niñas, resultó que el desgraciado estaba abusando de las 3«, detalló horrorizada.
En el caso de la más pequeña, registró lo que le llaman «violación equiparada» por tratarse de sexo oral, a la de 10 años resultó que la hacía posar en ropa interior, tomándole fotos y video. Y a la mayor, de 13 años de edad, según el médico legista que la analizó, presentaba signos de penetración.
«El día que la policía se lo llevó, se lo llevaron sin nada, dejó su teléfono y su cartera. Revisando su celular vimos que había borrado todo, pero con una aplicación recuperaron algunos archivos borrados, y pudimos recuperar evidencia. Encontramos todo, se grababa con la niña de 8 años y encontramos fotos de la niña de 10 posando en ropita interior», reveló.
«Hay evidencia fotográfica de todo, por eso no entiendo porque no ha sido detenido. El teléfono de él lo entregué como evidencia, me lo pidieron como prueba, pero me alcancé a mandar unos archivos por si algo llega pasar tener evidencias en mi poder», añadió.
Los días 12, 13, 14 y 15 de noviembre fueron de entrevistas con psicólogos, declaraciones ante agentes del Ministerio Público y revisiones físicas por parte de médicos legistas.
Contrario a lo que Adilene hubiera pensado por la gravedad del caso, afirma que no hubo celeridad, pues se topó con un lento proceso burocrático.
«Por increíble que parezca, me dijeron que iba a tardar, que aparte no era la única con un problema similar«, afirma que le dijeron, dándole a entender que es más común de lo que parece.
Posteriormente, buscando agilizar el proceso recurrieron a un abogado particular, logrando conseguir que se girara la orden de aprehensión que como se mencionó, se liberó el 3 de enero pasado.
Adilene expone que por si fuera poco ha perdido la tranquilidad, pues vive asustada junto a sus hijas, recibiendo constantemente amenazas, insultos y calumnias del susodicho.
«En mi desesperación he tratado de exhibirlo en redes sociales pero me tacha de loca, se burla de mí, dice que ando despechada porque según él me dejó. Me señala en los grupos de clasificados de ratera, imagínese, después de todo esto claro que no le quise regresar nada. Su familia obvio lo defiende con uñas y dientes, no pueden creer que haya sido capaz de abusar de unas niñas, pero es cierto, ahí están las pruebas, abusó de mis hijas y merece pagar por ello«, comentó.
Como dato, según cifras de organizaciones especializadas, la mayoría de los agresores en caso de abuso infantil son varones –entre un 80 y un 95% de los casos– que utilizan como estrategia la confianza. Otro dato precisa que entre un 65 y 85% pertenecen al círculo familiar de la víctima.
También se reconoce que un 7% de los señalamientos resultan falsos. Especialistas aseguran que el abuso sexual a menores tiene consecuencias emocionales, físicas y psicológicas irreversibles en las víctimas, detallando que es imposible saber el nivel del daño, ya que cada caso es distinto y muchos presentan situaciones inenarrables.
«Lo único que pido por favor es que esta pesadilla se termine, y ese hombre sea detenido«, concluye la madre denunciante.
Comentarios