Opinión

La muerte de la reforma educativa: la esperanza de México

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San Luis Río Colorado, Sonora.- Para hablar de una reforma educativa es necesario conocer qué es. Por lo tanto, una reforma educativa es la modificación de los planes y programas de estudio en beneficio de la sociedad, ajustando todos y cada unos de los factores que permitan hacer realidad los objetivos académicos planteados en los mencionados programas de estudio.

En el caso de México se difundió y defendió una supuesta reforma educativa que no contemplaba (hasta su última etapa) los planes y programas educativos, sino que, mediante la evaluación docente y mejoras en el proceso de selección de maestros se pretendía llegar a la famosa (pero inexistente) calidad educativa.

Bajo el disfraz de una reforma educativa se implementó con ferocidad un programa fascista de represión docente y de eliminación de prerrogativas laborales como la base y los contratos definitivos, todo esto con el objetivo de recuperar la rectoría del sistema educativo (llámese control de los votos de los docentes).

El Estado durante mucho tiempo fue cediendo canonjías a los líderes sindicales como la venta de la plazas, comisiones inexistentes y aumentos de prestaciones a cambio de apoyos en las elecciones.

Todo esto, fue creando situaciones que permitieron hacer del sindicato un monstruo incontrolable, y ahora en épocas de alternancia tuvieron que implementar un plan para regresar y controlar electoramente a los maestros a favor del sistema. Con ello, queda más que demostrado el por qué la reforma educativa debe de deshacerse.

Otro aspecto a considerar en el fracaso de la reforma educativa es la nula participación de los actores esenciales en el aprendizaje: los profesores.


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La actual teoría del aprendizaje habla de la capacidad del alumno por aprender solo, pero siempre le otorga al docente la responsabilidad de guiar, enseñar y facilitar el proceso, es decir, los teóricos reconocen la autonomía del aprendizaje, pero no se olvidan de la función docente. Entonces, la reforma educativa nació muerta operativamente, porque evidentemente el Estado no cabildeó con la base de los sindicatos docentes.

Por lo anterior, la reforma educativa no representa las necesidades actuales de la sociedad mexicana y debe morir para dar paso a un acuerdo nacional de mejora de la educación, mediante un modelo educativo humanista que realmente pueda lograr el desarrollo pleno de los estudiantes, y por lo tanto, la tan anhelada calidad educativa.

Lo único positivo de la reforma es la evaluación, ya que si bien es cierto, evaluar es sinónimo de mejora continua; siempre y cuando como producto de la evaluación sean atendidas las necesidades de los alumnos y de todo el sistema educativo. Y ese fue el gran error del Estado mexicano, el pretender que con la pura evaluación se iba a mejorar el sistema educativo.

La evaluación es principio de la solución de los problemas, porque nos permite tener un diagnóstico claro y profundo de las áreas de oportunidad, pero que necesariamente se tienen que trabajar con políticas públicas encaminadas a resolver los problemas.

El Estado mexicano no ha sido garante del derecho de los mexicanos a recibir una educación pública, laica y gratuita. La posibilidad de la cancelación de la reforma educativa no nos debe asustar, al contrario, debemos de verlo como la oportunidad de construir un acuerdo nacional con los maestros, padres de familia, autoridades e investigadores para hacer una reforma educativa que se adapte a los nuevos paradigmas del aprendizaje, a las necesidades sociales y a los retos de los mercados internacionales.

Con la actual reforma educativa estamos construyendo obreros intelectuales, y sentando las bases de la privatización de las escuelas, mientras todo esto sucede, se nos escapa la oportunidad de cortar las cadenas que atan a nuestros estudiantes.

Con un nuevo modelo educativo podremos para forjar hombres libres en el amplio sentido de la palabra.

Gildardo es Dr. en Educación y en Administración, con postdoctorado en política educativa, estudios sociales y culturales. Catedrático e investigador de diversas universidades.

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