San Luis Río Colorado, Sonora.- El sondeo de opinión por medio de una encuesta es una técnica que tiene trescientos años de utilizarse con el fin de predecir resultados electorales, en la medida que la tecnología ha avanzado se ha facilitado su aplicación.
Sin embargo, su popularidad y facilidad han rayado en lo ridículo y absurdo. Por ejemplo, en nuestro municipio vivimos tiempos electorales y de “encuestitis” aguda, donde algunos medios realizan estos ejercicios de una forma equivocada.
Es natural que el ciudadano quiera saber la tendencia y popularidad de los candidatos y que trate por medio de las redes sociales de allegarse de esa información, lo que no es natural es que medios con un respaldo nacional se presten a ese juego por ignorancia o por beneficio propio.
Para que un sondeo de opinión electoral recoja la verdadera intención del voto debe seguir una metodología que ya es conocida y aprobada por los científicos. El realizar una encuesta y dar a conocer los resultados como un instrumento de información para la sociedad implica una responsabilidad para el medio que la realiza, por lo que el prestarse a publicar o realizar trabajos alejados de los postulados científicos representa una grave falta a la democracia y a la ética empresarial de quien la patrocina.
Si partimos que las encuestas de los sondeos de opinión en ejercicios electorales pasados han sido muy cuestionadas por su inexactitud, ahora agreguemos la moda de hacerlos por medio de las redes sociales y sin ningún argumento metodológico. El acabose ha sido utilizar el sistema de dos candidatos enfrentándose entre sí en una encuesta, para luego hacerlo entre los ganadores, como si estuviéramos presenciando la liguilla del fútbol mexicano.
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Se nos avecina una elección electoral muy reñida y ya cuestionada, con anécdotas de fraudes electorales y con un clima muy extraño. Entonces, las encuestas electorales mal realizadas contribuyen a crear escenarios pocos probables del día de la elección, y por consiguiente crean confusión entre los electores.
Algunos medios de comunicación y candidatos a puestos de elección popular, sin darse cuenta, son los que han soltado al tigre antes de tiempo con sus encuestas patito.
Con la tecnología disponible para procesar información y con los conocimientos disponibles; el crear una encuesta confiable no debe salir muy caro económicamente. Dicho lo anterior, pareciera que quienes hacen estos estudios los realizan para poder “cucharear” esos instrumentos y poder influir en el votante.
Ante ello, la autoridad electoral debería de intervenir en el proceso capacitando a los medios de información y sancionando a quienes intenten obstruir el voto libre y soberano de los ciudadanos.
Los tiempos actuales son muy sensibles para el futuro del país y de los municipios, no podemos darnos el lujo de dejar cabos sueltos. Hoy más que nunca requerimos de un proceso electoral limpio y, sobre todo, con igualdad de oportunidades para todos los candidatos.
Estimado lector, le recuerdo que la única encuesta en la que todos vamos a ser tomados en cuenta es la del primero de julio de 2018. ¡Así que todos a votar y que gane el que tenga más votos!
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