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San Luis Río Colorado, Sonora.- En el último año y medio, he sido víctima -al igual que muchos otros-, de la creciente delincuencia en la ciudad, concretamente del robo a casa habitación y robo a negocio.
Nunca antes lo había padecido, y aunque siempre he tratado de ser solidario con quienes han perdido su patrimonio por estas escorias (rateros), entendí en carne propia lo que es la indignación absoluta.
El simple hecho de que un pelafustán, sabrá Dios en qué condiciones, hubiera hurgado, ya no digamos en mi casa, sino en mi propia recámara, me hacía sentir rabia con un ligero sentimiento de violación.
Obvio mis pertenencias nunca fueron recuperadas, así que no me quedó más que volver a empezar, poco a poco, trabajando duro para recuperar el terreno perdido.
Como dice el dicho, de todo se aprende, y en este caso las malas experiencias me hicieron más precavido. Lo primero que hice fue invertir en seguridad, nada barata por cierto.
“No importa, nada vale la tranquilidad de tu familia y tu patrimonio”, me dijo un amigo cercano. Y así lo hice, poco a poco reforcé la seguridad de mi domicilio y oficina, esperando que los amantes de lo ajeno, al menos sudaran la gota gorda al intentar robar.
El punto al que me dirijo, es que contar con una buena seguridad, no resulta nada económico, al menos no para la mayoría.
Habrá personas o empresas que sin problemas puedan pagar rejas, púas con navajas, cerco electrificado, cámaras de vigilancia con alarma y hasta un guardia de seguridad, pero por desgracia, la mayoría no tenemos esa facilidad.
Es por eso que propongo -y aprovechando la recta de la Festivalitis Municipal– la creación de un “Festival de la Seguridad”, o “Expo por la Seguridad” o como mejor le parezca a la gente creativa del Ayuntamiento.
¿Con qué objeto? Pues con el objetivo de reunir en un solo lugar a todas las empresas y prestadores de servicios relacionados con los temas de seguridad.
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Se me antoja ver a herreros, soldadores, empresas de alarmas y cámaras de vigilancia, agencias de guardias de seguridad y hasta entrenadores de perros, todos ofertando sus productos y servicios, de preferencia otorgando facilidades.
Puede sonar a broma, pero lo digo en serio. En mi experiencia batallé muchísimo para dar con un servicio adecuado de alarmas, además la mayoría resultan bastante costosas, aunque comprendo que no es algo barato.
Entiendo que en parte sería como reconocer que la inseguridad ha rebasado a las autoridades, pero, ¿Qué más nos queda hacer a los ciudadanos? Sólo resta hacer un esfuerzo e invertir en seguridad.
Hay que ser realistas, el desastre en la procuración de justicia va a seguir, los robos van a seguir, los asaltos van a seguir, los allanamientos van a seguir, y por supuesto que la incompetencia del Nuevo Sistema de Justicia Penal y del Ministerio Público también va a seguir.
Si las autoridades me captan la idea, o algún particular (no necesariamente tiene que ser un evento de gobierno) espero me inviten, me urgen unas cámaras de vigilancia buenas, bonitas y baratas, de esas que se pueden monitorear desde el celular. ¡Ahh! y que las cámaras sean en abonos por favor.
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